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China admite discretamente los ciberataques del Typhoon Volt a la infraestructura estadounidense

En un sorprendente acontecimiento que pone de relieve las crecientes tensiones cibernéticas entre las potencias mundiales, China ha admitido haber lanzado ciberataques contra infraestructura crítica estadounidense en el marco de la ahora infame campaña Volt Typhoon . La revelación surgió en una reunión diplomática secreta a finales del año pasado, en la que, según funcionarios estadounidenses, representantes chinos reconocieron indirectamente su participación en los ataques.

La reunión clandestina tuvo lugar durante una cumbre en Ginebra en diciembre de 2023, en la que participaron funcionarios de la administración saliente de Biden. Según fuentes familiarizadas con la conversación, la admisión no fue directa, sino que fue interpretada por la delegación estadounidense como una clara confirmación de la participación de China. El contexto de la discusión indicó que el continuo apoyo de Estados Unidos a Taiwán fue un factor motivador de la campaña.

El profundo alcance del tifón Volt en la infraestructura de EE. UU.

Volt Typhoon saltó a la luz pública al descubrirse que sofisticados ciberataques habían comprometido múltiples sectores en Estados Unidos. Los actores de amenazas explotaron vulnerabilidades de día cero para infiltrarse en sistemas críticos, lo que alertó sobre la posibilidad de que el verdadero propósito de la campaña fuera mucho más siniestro que el ciberespionaje convencional. Según expertos en ciberseguridad, estas infiltraciones parecían diseñadas para sentar las bases de posibles interrupciones futuras, posiblemente en caso de una escalada del conflicto por Taiwán.

Los objetivos de los ataques del Volt Typhoon abarcaron una amplia gama de sectores, como el energético, las comunicaciones, el gobierno, la manufactura, la construcción, el sector marítimo, el transporte y las tecnologías de la información. Quizás lo más preocupante fue la revelación de que agentes chinos mantuvieron el acceso a la red eléctrica estadounidense durante la asombrosa cifra de 300 días a lo largo de 2023. Esta prolongada intrusión pone de manifiesto la profunda presencia de estos actores y el daño potencial que podrían haber causado de haber actuado.

Una guerra en la sombra en el ciberespacio

Durante la cumbre de Ginebra también se hizo referencia a otra campaña china, denominada Salt Typhoon. Si bien de similar nivel de complejidad, los ataques de Salt Typhoon se centraron principalmente en proveedores de telecomunicaciones y provocaron la vulneración de llamadas telefónicas y mensajes de texto de altos funcionarios estadounidenses. A pesar de su gravedad, los funcionarios estadounidenses consideran que Salt Typhoon está más alineado con el ciberespionaje tradicional, práctica habitual en todas las grandes potencias, incluido Estados Unidos.

En contraste, la amplia gama de objetivos del Volt Typhoon y la naturaleza de sus intrusiones se consideraron una escalada provocadora. Al violar infraestructura esencial, China parece haber cruzado la línea, lo que genera preocupación de que estas acciones no solo tuvieran como objetivo la recopilación de inteligencia, sino intimidar a Estados Unidos para que se retractara de sus compromisos con Taiwán.

Una creciente guerra fría cibernética

Esta admisión, aunque velada, marca un nuevo capítulo en el actual enfrentamiento cibernético entre China y Estados Unidos. En los últimos años, ambas naciones se han acusado mutuamente cada vez más de piratería informática patrocinada por el Estado. Sin embargo, el reconocimiento por parte de China de una operación de tan alto perfil sugiere un cambio de postura y podría indicar futuras confrontaciones cibernéticas más abiertas.

A medida que las tensiones geopolíticas siguen aumentando, la ciberseguridad seguirá siendo un campo de batalla clave. Con la infraestructura crítica ahora en la mira, tanto gobiernos como organizaciones privadas deben prepararse para la posibilidad de que los conflictos futuros comiencen no con tropas sobre el terreno, sino con pulsaciones silenciosas en la oscuridad.

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